viernes, 1 de junio de 2007

El precio de la verdad

Stephen Glass fue un joven redactor que trabajó para la prestigiosa revista The New Republic. Sus reportajes, llenos de ingenio y dinamismo le hicieron ser uno de los periodistas más reconocidos de Washington. Pero su exitosa carrera acabó cuando se descubrió que más de la mitad de sus artículos eran inventados.

El escándalo llegó con "El paraíso del hacker", un reportaje de rabiosa actualidad que contaba como un joven pirata informático extorsionaba a una gran empresa de software. Adam Penenberg, periodista de la revista Forbes, fue el que descubrió el fraude publicando "Lies, danm lies and fiction", artículo que demostró con hechos que los datos aparecidos en el reportaje eran totalmente falsos, que las fuentes citadas fueron inventadas y que los lugares descritos ni siquiera existían.

"El precio de la verdad" es una película que recoge estos hechos ocurridos en 1998, cuando el periodismo digital daba sus primeros pasos y su credibilidad todavía era muy discutida. En muchas ocasiones, se considera el periodismo on-line como un periodismo de segunda categoría, y se les acusa de ser poco rigurosos a la hora de contrastar la información. Con el escándalo producido por la revista The New Republic, se demuestran dos hechos: que existe la posiblidad de que los lectores seamos engañados, y por otra parte, como el periodismo digital puede hacer trabajos de investigación realmente exhaustivos como el hizo la revista on-line Forbes.

El fraude cometido por Glass acabó con su carrera como periodista, y puso a la revista digital en boca de todos, perdiendo todo prestigio y credibilidad. Y es que cuando un periodista comete un error tan grave el culpable del hecho es el medio en sí, ya que es éste el que debe asegurarse de que todo lo que publica es cierto.

En todo caso, lo que se cuestiona esta película es la profesionalidad del periodista y de los medios. Es increíble que Stephen Glass consiguiera pasar todos los filtros que la revista digital tenía para comprobar todo lo que se publicaba. El ingenio de Glass le sirvió para aguantar su mentira durante un tiempo, pero toda mentira tiene su fin, y ésta supuso también el fin de su exitosa carrera.

Este caso de engaño a los lectores no es único, existen más casos de periodistas que también faltaron a la verdad y que crearon sus propios relatos ficticios. Es el caso de Jayson Blair, periodista del importantísimo diario The New York Times, que se inventó y plagió decenas de notas y entrevistas.

Estos casos perjudican enormenmente al periodismo y desprestigian el trabajo de la mayoría de los periodistas que sí usan a la verdad como base de su trabajo. El periodismo es compromiso con el ciudadano, es un compromiso con la verdad y los hechos, y es que como se se suele decir: "que la realidad no te estropee un buen reportaje".

A continuación un vídeo de la película con escenas de la película "El precio de la verdad".